Se trata de un estilo de estética austera y, para ello, es importante emplear materiales de aspecto fabril, como los armarios con frente de metal, las paredes de ladrillo o azulejos o unas encimeras en microcemento o materiales que lo imiten.
Vale casi todo y casi todos los materiales usados comúnmente en la construcción; ladrillos, hormigón, cemento, madera, cristal, hierro y otros metales, además de muebles usados y hasta objetos decorativos desgastados o reciclados, que se pueden integrar en espacios preferiblemente amplios y con techos altos.
Las tuberías, vigas y paredes de ladrillo, todo a la vista, son elementos característicos en estos ambientes, que junto con lámparas y sillas de metal son capaces de conformar unas cocinas singulares y absolutamente únicas.
Los electrodomésticos de acero inoxidable o en color negro, se combinan con muebles de cocina con puertas de madera, acero o lacados e incluso con una ligera capa de cemento. Los modelos pueden ser tanto lisos como enmarcados con diversos acabados y colores ya que la creatividad y personalización es el principal objetivo.